VIOLENCIA CERO

«…venga mujer…deja ya de llorar…que no ha sido nada, sólo una riña, seguro que por una chorrada…no le des tanta importancia…venga tranquila…toma, ponte este hielo ahí en la mejilla, ya verá como mañana ya no tendrás hinchazón…y lo verás todo de diferente manera.  Ahora es el arranque, el sinsentido el que te lleva, ahora descansas y mañana vas y retiras la denuncia que el pobre chaval no sé lo merece esto…el lío que has armado…por nada…

– Hermana, a ti tu marido te ha pegado alguna vez?

– No! pero ahora hablamos de ti, y la niña? crees normal el numerito de la policía delante de la cría?

– Crees que es mejor que vea como su padre le cose a ostias la cara a su madre? como hacía papá con mamá…lo ves más normal?

-Anda! no seas tremendista! por un moratón de nada y mira como lo exageras, coserte la cara a ostias! siempre te gustó ser la teatrera de la familia, pero es que ahora pareces la vedette muchacha!  No me mires así!!! No lo puedes dejar ahí tirado como si fuera una colilla! de que vivirás? lo necesitas…

 – Lo necesito? quién lo necesita más? tú o yo?»

2 comentarios »

  1. cobak said

    Vaya, vaya… si que vuelves «dando fuerte», con lo bonito que es el amor, la violencia consentida y el bdsm. Como el Hombre (Ford Farlaine) dijo:
    – cuanto gilipollas y que pocas balas.

    Besos!

  2. neska78 said

    cuando la violencia es consentida deja de ser violencia, aunque supongo que respecto a eso Freud tendría mucho que decir…y aunque no puedad estar de acuerdo con tu última frase, reconozco que a más de un@ le haría falta un buen psiquiatra y una buena dosis de algo.

    besotes, nos vemos pronto rubio!

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